jueves, 29 de marzo de 2012

Amor entre metales.


Cromo brillante, tu belleza casi me deslumbra, a tal grado que me da miedo tocarte, siendo yo un metal corroído. Mi apariencia tosca, desgastada, deja entrever in interior carcomido, tristemente dañado por la intemperie, pero sigo firme. Mi vida útil no termina todavía, doy gracias por ello pues he tenido la oportunidad de conocerte: ¡oh, mi bella pieza cromada! Tu reluciente aspecto inmancable llena mi materia de luz de una forma extraña. Somos metales por naturaleza, nuestras propiedades físicas son muy similares, tu tan hermosa y yo tan dañado, tan igualmente diferentes.
No te acerques por Favor, No quiero contagiarte de éste óxido que abruma mis entrañas, ¿qué no ves que ese perfume que emana tu ser cautiva cada una de mis células alcalinas?