martes, 3 de abril de 2012

Flamable


Cuento con muy poco tiempo, pues se ha encendido la mecha a la explosión, me encuentro contando los días, las horas, los minutos, los segundos, mi vida se acaba pero también se va conmigo el paisaje, los personajes, las cosas. Tan cerca quizás de cumplir el momento indicado, donde el karma me ha dicho que debo pagar mis errores, el principal de ellos lo confieso ahora, este amargo sentimiento de no saber amar a la primer mujer en mi existencia, mi madre; la más bella y hermosa de todas dentro de mi poco o vasto conocimiento. Mamá, hasta ahora comprendo con crudeza el tan largo y pesado camino que hemos recorrido como familia disfuncional. Si mi corto intelecto infantil de hace unos años hubiera razonado y valorado adecuadamente este amor sobrenatural, quizás no hubiera aceptado esa ruta falsa para alimentar mi ego humano, el tomar este atajo me hizo cometer mi segundo gran error, probar el amor en el exterior, en la calle…
En otras situaciones cuasi-incomprensibles, seducción natural prematura, un amor en apariencia maduro, finalmente devastador, destructor, engañoso. Recuerdo mientras se consume esta mecha, solo espero hacer todo lo posible, lo que esté en mis manos…y dejárselo todo al grande, a mi Dios. Justo ahora me quedan pocos segundos para iniciar la ignición, solo espero que cuando llegue el final de los tiempos, cuando llegue ese instante preciso…que me agarren confesado.